Uno de los mayores problemas que se da en la convivencia entre vecinos radica en las molestias que pueden provocar la emisión de ruidos y sonidos a alto volumen.
Ante las perspectiva de cómo librarse de un vecino ruidoso, todos concluimos que lo lógico será denunciar dicha situación. Aún así, no se precipite, coincidimos en que el vecino ruidoso no respeta las normas más elementales pero, quizás, antes de proceder a denunciarlo, debamos dar cuenta de tal situación al presidente de nuestra comunidad.
Siendo esto así y, en los casos más extremos, se podrá convocar una Junta General Extraordinaria de propietarios con el fin de interponer la correspondiente demanda contra el vecino molesto y que finalizará con una condena que le obligará a cesar en su comportamiento.
Si no nos seduce esta idea o la Comunidad de Propietarios no aprueba el inicio de la anterior vía, deberemos ser nosotros los que, parar poder demostrar que esos ruidos emitidos por el molesto vecino superan los decibelios máximos permitidos por la legislación, habremos de realizar una “medición de ruidos”. Esta medición se puede realizar mediante la contratación de un perito que realice el informe oportuno, o bien mediante la oportuna llamada y personación de la policía, los cuales tienen sus propios aparatos para realizar la medición y levantarán acta al respecto y, depende del caso, podrán iniciar un expediente sancionador que podrá concluir con la imposición de una multa al infractor.
Hay casos en los que, la emisión de ruidos y las consecuencias en los vecinos son tan importantes que, incluso, se podrían reclamar daños y perjuicios al vecino ruidoso por lo que, si se encuentra usted en una situación parecida, lo más sensato es consultar con un abogado experto en estas cuestiones.
Como siempre, quedamos a su disposición, por si les quedara cualquier duda o quisieran ampliar cualquier cuestión tratada en el artículo de hoy.